¿Queda algún héroe en el deporte?

El mundo del deporte está bajo sospecha permanente. Cada vez son más los escándalos que se hacen públicos sobre deportistas que se han dopado para mejorar su rendimiento y conseguir superar los ya de por sí increíbles récords de sus competidores.

Por eso no extraña que haya una importante industria del dopaje detrás de muchas figuras: el deporte se ha convertido en espectáculo de masas y en un negocio de proporciones descomunales, por lo que cada vez se exige más al deportista profesional, "convencido por el sistema de que el atajo es inevitable si se quiere alcanzar la gloria, la recompensa económica merecida, el honor". Ante tanta presión es lógico que recurran a medios poco lícitos para conseguir satisfacer a todos los que dependen de ellos: sus entrenadores, sus espónsor, las compañías de publicidad que contratan sus servicios, los países a los que representan...

Lo malo de ello es que cada escándalo que se hace público mina la confianza de la gente en estos héroes de masas, que quedan como tramposos. Falsos ídolos que decepcionan una y otra vez, hasta que la gente diga basta y se queden los estadios vacíos...