15.9.06

No hagas a los demás lo que te gustaría que te hicieran a ti. Sus gustos puede que no sean los mismos.
(George Bernard Shaw)

14.9.06

La censura acecha

El Gran Gatsby... Lolita... El Guardián entre el Centeno... Ulises... Y muchos más libros han sido prohibidos en algún momento de la historia. Por ello, la sección de Google dedicada a los libros ha recopilado las mejores obras del s. XX que han sido censuradas o prohibidas por diversas razones.

La mayoría son auténticos clásicos, aunque uno se pregunta qué hay ahí Lo que el Viento se Llevó. Pero siempre se puede disfrutar (e incluso me atrevería a decir que se debe) de joyas como Lolita (un auténtico prodigio en el uso del lenguaje), El Gran Gatsby (una historia de amor con el trasfondo de la lucha de clases en Norteamérica), El Guardián entre el Centeno (auténtico novela picaresca a lo yanqui y de lo más entretenido, por cierto) y otras muchas... A leer, pues, y disfrutar...

11.9.06

Sorry?


Y más secretos inconfesables en PostSecret (vía del.icio.us)

4.9.06

Si le disparas a un mimo... ¿debería utilizarse un silenciador?
(Steven Wright)

3.9.06

Alegría deportiva


No ganamos el mundial de fútbol, pero este sí lo conseguimos.

1.9.06

Prohibido fumar

Hoy entraba en vigor la ley que obliga a los locales a separar físicamente las zonas de fumadores y no fumadores. Y, como era de esperar tratándose de España, país de improvisadores, la mitad de los locales afectados no ha concluido las obras.
Los dueños de los locales se quejan. Que si "vamos a gastar más", que si "cuando vengan cuadrillas en las que unos fumen y otros no, tendrán que dividirse"... Por su parte, los fumadores continúan con el habitual menosprecio de la salud del prójimo: "Si no me dejaran fumar en el restaurante, no vendría", es la opinión de muchos adictos al tabaco.

Pues uno es de los que se siente incómodo cuando está comiendo en un restaurante y vislumbro una humareda de tabaco aproximándose. Sé que a algunos les gusta fumarse un cigarrillo después de comer, pero me pregunto por qué no pueden hacerlo en la calle y tienen que hacerlo en el restaurante, aromatizando el ambiente. Es como si uno se llevara el ordenador a un restaurante y se pusiera a jugar con el volumen a toda potencia, haciendo que aquello parezca una zona en guerra... ¿Molestaría, verdad? Con la diferencia de que el sonido alto no afecta tanto a la salud como el humo del tabaco...
Me gusta comer tranquilo en un restaurante. Me molesta el humo del tabaco y me molesta llegar a mi casa con la ropa oliendo a cigarro. Los fumadores continúan con el victimismo que les caracteriza y exigen su derecho a fumar, pero se olvidan de los derechos de los demás... si es que les importan, claro...